Póster presentado en el IX Congreso Nacional de Alzheimer, CEAFA, Vitoria 2021.
Las personas con deterioro cognitivo tienen más probabilidad de sufrir caídas que las personas cognitivamente normales, debido a una serie de factores extrínsecos e intrínsecos que pueden ser o no compartidos entre ambos grupos. La fisioterapia interviene sobre algunos de estos factores (como la debilidad o el déficit de equilibrio y de movilidad) como estrategia para la prevención de caídas.
Son numerosos los estudios científicos que determinan que el ejercicio físico tiene un efecto positivo sobre el riesgo de caída en personas con deterioro cognitivo y que definen incluso el tipo de intervención a realizar. Más específicamente, existen estudios donde se objetiva que una intervención de ejercicio a largo plazo ralentiza el deterioro en la función física y reduce la tasa de caídas en sujetos con demencia tipo Alzheimer.
El ejercicio físico por tanto se presenta como una de las terapias no farmacológicas más efectivas para reducir el riesgo de caída en los adultos mayores, aunque no todos los tipos de ejercicio son igualmente efectivos en todos sujetos y en todos los entornos.