Ocio y juego como mejora de la Calidad de Vida. Carmen María Pérez Jabato, Terapeuta Ocupacional de la Fundación Aspanias Burgos
Hay muchas definiciones de ocio y juego pero podemos considerar ambos conceptos como actividades motivadoras, íntimamente ligadas, que proporcionan placer, relajación y expresión de creatividad. Ambos son actividades de disfrute o descanso personal y colectivo, donde se comparten valores sociales. Aficiones, deportes, ejercicios, entretenimiento y vacaciones, entre otros, son ejemplos válidos de este tipo de actividades. Sabiendo esto y debido a que no hay consenso entre los autores, hablaré de juego y ocio de forma conjunta al tratar sobre el tema.
El ocio/juego es fundamental en la vida de todas las personas y ayuda a mantener equilibrio mental y físico, proporcionando bienestar y calidad de vida. La libertad de elección, el disfrute, la diversión, la motivación intrínseca, la poca relación con el trabajo, la autoexpresión, y la relajación, son beneficios que con la disposición, actitud y estado mental correctos y positivos a la hora de realizar actividades lúdicas o de ocio, proporcionan una experiencia gratificante e incluso sanadora para la salud física, la mental y vital, y el crecimiento personal, satisfaciendo a la persona, haciéndola sentir lo más plena y auténtica posible.
La realidad es que las actividades de ocio/juego para personas con enfermedades poco frecuentes, sus intereses y demandas, no son diferentes a las de la población general pero los estereotipos creados por la sociedad que señalan a estas personas por sus diferencias, no favorecen su integración ni bienestar psicológico.
Las enfermedades raras pueden incapacitar en mayor o menor medida, y si a esto le añadimos la ausencia de asociaciones lúdicas, la escasa información sobre los recursos disponibles y el incumplimiento en ocasiones de la normativa sobre accesibilidad en edificios públicos y/o privados, que conlleva una discriminación social, resulta más complicado el desarrollo completo de las personas con capacidades reducidas.
Conviene destacar la importancia de organizar el ocio/juego de acuerdo con los intereses, valores y objetivos personales en función de las características del entorno donde se desenvuelve la persona facilitando la utilización satisfactoria de los tiempos y espacios lúdicos que la comunidad nos ofrece, fomentando la independencia, la autonomía y la capacidad de decisión, reduciendo limitaciones personales. En la actualidad existen ofertas dirigidas a todos, que favorecen la inclusión de las personas con discapacidad: museos, programas deportivos, centros cívicos…que por medio de recursos humanos y materiales (productos de apoyo, espacios y equipamiento), garantizan o facilitan la accesibilidad y participación sin exclusión.
Puede resultar relativamente sencillo organizar actividades específicas para personas con enfermedades dentro de los centros. No obstante, lo realmente importante no es crear un ocio/juego aislado y marginado, sino hacer accesibles los medios y recursos de que dispone la sociedad para el ocio del resto de la población a personas con capacidades reducidas y prepararlos para ello. Hay que descubrir nuevas posibilidades y educar para aprender a disfrutar y sacar partido de todas las situaciones, evitando crear grupos aislados. De esta manera se lograría que experimentar personalmente el ocio “normalizado” suponga una interacción espontánea con las personas de su entorno.
El ocio/juego no es sólo una actividad atractiva sino un valor en alza cada vez más cotizado. La posibilidad de ocio/juego y su realización en la vida diaria promueve un sentimiento de bienestar en la persona con capacidades reducidas, logrando además aliviar parte de la responsabilidad emocional de familiares y cuidadores. La realización de actividades recreativas derivará, sin ninguna duda, en una mejora de la calidad de vida.
Recordemos pues, que “las personas al igual que las aves, son diferentes en su vuelo, pero iguales en su derecho a volar”, y eduquemos en la convicción de que ocio/juego y capacidad reducida no son términos opuestos.