Unidad Pediátrica de Enfermedades Raras: la necesidad de un enfoque interdisciplinar. Sara García Fuster, Trabajadora Social de la Unidad Pediátrica del Hospital 12 de Octubre (Madrid)
La Unidad Pediátrica de Enfermedades Raras del Hospital Universitario 12 de Octubre se constituyó en el mes de marzo de 2009. Ha sido la primera Unidad creada para proporcionar una atención integral a afectados en edad pediátrica que presentan enfermedades raras y sus familias. Trabaja dando un enfoque multidisciplinar y proporcionando una atención sociosanitaria integral contemplando la enfermedad desde el punto de vista médico, nutricional, psicológico y social. Se creó en base a los conocimientos y experiencias acerca del diagnóstico y tratamiento de muchas de estas enfermedades que poseen los profesionales médicos implicados en esta iniciativa.
Esta Unidad está formada por cuatro subunidades médicas especializadas: Enfermedades Mitocondriales y Metabolopatías Hereditarias, Enfermedades Pediátricas Neurológicas y Musculares, Dismorfología y Sindromología y Reumatología. El Área de Atención Integral formada por Dietética-Nutrición, Neuropsicología y Trabajo Social. Y también, el Área de Recepción del Paciente y Coordinación Administrativa. La unidad realiza a su vez actividad docente, investigación y formación.
El acceso a la Unidad se realiza mediante los servicios médicos hospitalarios, atención primaria y algunas veces, desde las asociaciones y a petición de los propios pacientes y sus familias a través del Servicio de Admisión de nuestro Centro. Después de ser efectuada una valoración médica se establece un procedimiento multidisciplinar y coordinado según las necesidades de los afectados.
La atención sanitaria adecuada precisa de conocimientos técnicos y un manejo médico altamente especializado. Las subunidades médicas trabajan en continua coordinación y cuentan con el apoyo de otras especialidades médicas y tecnológicas del Hospital proporcionando al paciente una atención y tratamiento más personalizado.
Desde un punto de vista social, las características comunes que se dan en afectados de enfermedades raras y sus familias son: la gran complejidad de los procesos diagnósticos y de los tratamientos que precisan, provocan situaciones crónicas con un alto nivel de discapacidad y dependencia familiar e institucional. La dificultad de acceso a los recursos terapéuticos y educativos repercutirá en su futura inserción socio-laboral. Todo ello se deriva de las necesidades específicas propias de las personas afectadas de estas enfermedades y de la falta de recursos adaptados. Por otro lado, la sobrecarga familiar de los cuidadores que, en muchos casos, se ven obligados a renunciar a su empleo para atender las demandas de los afectados. Y el alto coste de tratamientos farmacológicos, nutricionales, técnicos y terapéuticos que junto a los gastos generados por los desplazamientos a los centros especializados, genera inseguridad económica y familiar.
La necesidad de apoyo psicosocial de los afectados y sus familias en el entorno hospitalario viene supeditada al fuerte impacto emocional que supone el conocimiento de la enfermedad y su proceso de aceptación, que genera situaciones de ansiedad, desorientación y depresión. Todo ello suele conducir al aislamiento familiar, y se ve acentuado ante el desconocimiento del diagnóstico, así como de la propia evolución de la enfermedad, generando un sentimiento de incertidumbre e incomprensión que produce alteraciones en la estabilidad familiar. Esta situación se ve agrava en los estratos sociales más desfavorecidos, donde la demanda de apoyo económico e institucional se da con mayor frecuencia.
Desde la Neuropsicología se valoran los trastornos del neurodesarrollo que pudieran asociarse a la propia enfermedad, con el objetivo de detectar precozmente las posibles alteraciones, prevenirlas o paliarlas. La valoración neuropsicológica y la social interactúan en cuanto a los procesos a llevar a cabo con el paciente y su familia.
El apoyo psicosocial, la información y orientación así como la creación de un espacio donde expresarse es necesario. Al igual que promover la autonomía del paciente y su familia con su participación en las redes sociales y a través de los movimientos asociativos, programas socioeducativos donde frecuentemente encuentran apoyo.
En el ámbito de la nutrición, dado el alto nivel de complejidad y la heterogeneidad clínica de los pacientes se produce una estrecha colaboración ente los médicos y la dietista-nutricionista. Dependiendo de factores como la edad, talla, peso, etc. el tratamiento requiere la elaboración de dietas específicas para las necesidades particulares de cada paciente, así como la orientación y formación de los profesionales en esta materia.
Para mejorar la calidad de vida del paciente y su familia es importante una atención que englobe la asistencia integral desde del entorno hospitalario y establezca una coordinación con el resto de instituciones externas, como los centros educativos, terapéuticos y sociales, que facilite el acceso a los recursos especializados y prestaciones socio-económicas.
Gracias al movimiento asociativo que se está desarrollando estos últimos años, se ha dado mayor visibilidad a las enfermedades raras y se están produciendo cambios sociales significativos que tratan de paliar las necesidades de los afectados y sus familias. Con la creación de recursos sociales y sanitarios se proporcionan mayor calidad y cobertura al soporte asistencial.